- Pedro, el joven protagonista de la historia va a ser interpretado por los instrumentos de cuerda y el tema con el que aparece represetado es un tema melódico rítmico de "ingenua vivacidad" como es el carácter del propio niño.
- El pájaro, como no podía ser de otra manera será la flauta.
- El pato, es representado por el oboe y el tema refleja perfectamente la cobardía del personaje.
- El abuelo, tierno pero grunón es el fagot y así es el tema.
- El gato, el clarinete haciendo de tramposo.
- El lobo está representado por tres trompas que desde el fondo de la orquesta nos grunén.
- Los timbales y el bombo nos anticipan a los cazadores, bastante cobardes por cierto o, al menos, bastante menos valerosos que el intrépido Pedro.
Máscaras para el concierto “Pedro y el lobo"
Pedro y el Lobo - Sergei Prokofiev
Sobre la rama más alta de un gran árbol, se encontraba un pequeño pajarito, amigo de Pedro, que al verlo lo saludó:
- “¡Hola Pedro!,todo está tranquilo por aquí arriba”.
Mientras tanto, un pato nadaba feliz en el estanque que había en medio del prado.
El pajarito voló acercándose al estanque y, levantando las alas, le dijo al pato:
- “¿Qué clase de pájaro eres tú, que no sabes volar?”
- “¿Y qué clase de pájaro eres tú, que no sabes nadar?” -replicó el pato sumergiéndose en el agua-.
Discutieron y discutieron demostrándose el uno al otro sus habilidades, hasta que algo captó la atención de Pedro. Era un gato, que se acercaba sigiloso al pajarito, mientras se le hacía la boca agua.
- “¡Cuidado!” -gritó Pedro-.
- “¡Este sitio es peligroso! Puede salir algún lobo del bosque y eres demasiado pequeño para ir sólo”.
- “Los niños grandes como yo no tenemos miedo de los lobos y nos gusta correr por los prados” -le respondió Pedro.
Pero el abuelo cogió a Pedro de la mano y se lo llevó a casa, cerrando la verja con llave.
Justo entonces, un gran lobo gris salió del bosque.
Como un relámpago, el gato trepó el árbol, pero el pato se precipitó desorientado fuera del estanque graznando desesperado. A pesar de todos sus esfuerzos, el lobo corría más deprisa y se iba cercando cada vez más al pato indefenso, hasta que lo alcanzó y se lo tragó de un bocado.
Detrás de la puerta del jardín, Pedro observaba todo lo que pasaba y tuvo una buena idea. Entró en casa, cogió una cuerda bien gorda, y saltó encima del muro que llegaba a las ramas más altas del árbol. Entonces, Pedro le dijo al pajarito:
- “Ayúdame a atrapar el lobo. Vuela por encima de su cabeza, pero con mucho cuidado para que no te alcance”.
El pájaro volaba con gran agilidad, casi rozando la cabeza del lobo mientras éste intentaba devorarlo sin éxito alguno. Mientras tanto, Pedro hizo un nudo con la cuerda y lo fue dejando caer muy lentamente hasta enganchar la cola del lobo, tirando de ella con todas sus fuerzas. El lobo, al sentirse atrapado estiraba con más fuerza, pero con sus saltos agitados apretaba cada vez más el nudo.
Entonces, unos cazadores que seguían los pasos del lobo, salieron del bosque disparando sus escopetas.
Pedro les gritó:
- “¡No disparéis! El pajarito y yo hemos atrapado el lobo! Ayudadnos a llevarlo a un zoológico”.
Y entre todos desataron al lobo del árbol e iniciaron una marcha triunfal. Pedro, feliz, iba en primer lugar; detrás, los cazadores llevando el lobo, y cerrando el desfile, el abuelo y el gato. Por encima de ellos, el pájaro revoloteaba y piaba con gran alegría. Y, si prestáis atención, podréis oír al pato graznando en la barriga del lobo, porque el muy glotón se lo había tragado vivo.
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